ES lo que no digo.

Y al revés.
ES lo que no digo.
    • Etiqueta: Respiración

      • El riesgo de intimar con uno mismo.

        Posteado a las 11:41 pm por martacarrascal, el 26 junio, 2014

        “Cuando Dios quiere que tu hagas algo, tu crees que es tu propia idea”. Ram Tzu.

        “Las dificultades de la vida existen para que podamos experimentar quiénes no somos, antes de recordar quiénes somos realmente”. Robert Schwartz. El plan de tu alma.

        marta carrascal

        Hace cinco años dejé de beber alcohol. No creo en los radicalismos ni en los fanatismos, pero desde fuera, supongo que resultaré un pelín extremista.

        Como ahora me ha dado por el yoga, muchos asocian mi abstinencia a su práctica. Tampoco me gusta la idea de enfrascarme en la idea de que no bebo, porque de alguna manera me crea un veto absurdo e inquebrantable conmigo misma.

        De pequeña, viví la enfermedad de la adicción a las drogas en mi familia. Por eso me gustó siempre la idea de que cada uno de nosotros elegimos a nuestros padres antes de nacer, -como también las dificultades por las que pasaremos-, y que nacer donde hemos nacido no ha sido accidente ni casualidad. Lo vivido, desde luego,  siempre se fue reformando en un campo de exploración donde refugiarme para poder comprender aspectos que no me gustaban de mi manera de ser más tarde, y comenzar a atisbar la idea de que todo el control que creía tener sobre mi vida era solo un género raro de embrujamiento. Después empecé a darme cuenta que las dificultades con las que la vida me va confrontando, son una vía valiosa de apertura a mi propia sabiduría, la sabiduría de todos. Una sabiduría, que por alguna insólita razón, las personas tienen miedo de desaguar y atender. Por lo general, preferimos vivir con los velos puestos.

        Creo que a todos los que hemos vivido una historia de drogas cercana nos ha asaltado en algún momento de nuestra vida la misma pregunta: ¿y si me toca a mi también la papeleta? Y siempre cuando bebía y salía de fiesta, cargaba cierta culpa insospechada. Una culpa que nunca se cansaba de dejarme en paz de manera amable.

        Sí ya de por sí, los límites y yo no somos grandes amigos, beber para mi simbolizaba una evasión de mi, donde además de perder los límites, se magnificaba mi indecisión, y donde mis resacas emocionales de domingo se dilataban hasta los miércoles, y las sensaciones que las noches de fiesta me dejaban a los días siguientes se convertían en el eco de muchos diálogos conmigo misma, a lo que siempre llegaba a la misma conclusión: no quiero más esto, no me hace bien, no me compensa perder.me de esta manera.    porque a las profundidades de un caos emocional demasiado confuso como para poder sostenerlo por mucho tiempo de una manera madura.

         Así que después de mucho observar.me, creía pensar que mi manera de relacionarme con el alcohol, era mi manera de prevención de generar una intimidad conmigo misma. Bebía para estar fuera, des.inhibirme y para hacer cosas que no me atrevía a hacer estando sobria. Y aquí no está en cuestión que yo bebiese mucho o poco, lo que vendría a ser decisivo era lo que ello representaba inconscientemente para mi, algo que sigo tratando de averiguar.

        Todo esto, sumado a ocho meses de cita diaria conmigo en India, más que estuve trabajando cuatros años con el Método DeRose (donde los instructores ni beben ni fuman ni toman drogas), y a que me encendí con uno de los libros de Deepak Chopra que decía que todas las personas que tienen problemas de relación con alguna sustancia (alcohol, cocaína, marihuana..) son unos buscadores en potencia, me encontré un día diciendo: no, no bebo alcohol, no más.  Eso de ser buscadora me gustaba, y quise cambiar el alcohol por probar lo del yoga, la meditación, y todas esas prácticas que empezaba a escuchar por todas partes que liberaba un potencial escondido hacia la creatividad. Así que cambié una adicción por otra.

         Y este post viene a que últimamente muchos me preguntan asustados qué por qué no bebo alcohol. Y yo les digo que no lo sé, que no me gusta, y les cuento esta historia. Y ahora ya tengo menos amigos, menos resacas, y me están creciendo flores.

        “la iluminación está absolutamente más allá de tu esfuerzo por cambiar la manera en la que vives, o aún de cambiar la vida en absoluto. Tiene que ver con un cambio total en la comprehensión de «quién» es quien vive”, leía a Tony Parsons esta mañana, así que lo de beber o no beber, hacer o no hacer yoga, jugar o no jugar, etc, me temo que es todo lo mismo: otros de los muchos entretenimientos egoicos con los que la vida me va entreteniendo para hacerme creer que soy alguien y que llevo el mando sobre algo a lo que en coacciones se me escapa y llamo mi vida, como si hubiese vidas separadas.

        “La gente que busca drogas realmente lo que busca es la meditación; están buscando algo en el camino equivocado. Su búsqueda es totalmente correcta, pero su dirección está equivocada.” Osho.

        Fotografía: Neil Krug. www.neilkrug.com.

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        Publicado en Ego, familia, Meditación, Mente, Osho, Psicología, relaciones, símbolos, Yoga | 4 comentarios | Etiquetado como Ego, Psicología, Reflexiones, Respiración, Yoga
      • A vosotros, los insomnes como yo

        Posteado a las 4:18 pm por martacarrascal, el 3 junio, 2014

        “(…) No duermo, ni espero dormir. Ni en la muerte espero dormir. Me aguarda un insomnio en la amplitud de los astros y un bostezo inútil, extenso como el mundo. No duermo. No puedo leer cuando me despierto de noche. No puedo escribir cuando me despierto de noche. (…). Ven, amanecer, ¡llega! (…)” Fernando Pessoa.

        MartaCarrascal

         

        Después de releer las instrucciones Cortázar de “cómo subir las escaleras”, “cómo llorar” o “cómo amar a alguien”, se me ocurrió esbozar algunas de las peculiaridades que a los insomnes nos unen. Peculiaridades que se pueden transformar en sugerencias si es que quieres seguir inmortalizando al insomnio en tus noches:

        A modo prólogo, te cuento que cuando era más pequeña que ahora, yo dormía con mi hermana. Ella siempre se quedaba dormida antes que yo, y como no me gustaba la sensación de quedarme sola y despierta, le tiraba de los pelos, o le pegaba pellizcos. Su mero amago de despabilarse, a mi ya me dejaba un poco más sosegada: ella estaba ahí conmigo despierta algunos instantes más.

        Después mi hermana se hizo adolescente, y se cambió de cuarto. Entonces mi hermano se escondía debajo de mi cama de noche, y me pegaba sustos cogiéndome de los pies desde abajo. Le odiaba.

        Después, llegó la época en que iba una noche sí y la otra también al cuarto de mis padres y le decía a mi madre: “mamá, que no me puedo dormir”, y ella me decía: “anda, inténtalo otra vez, y si no puedes, vienes de nuevo”. Yo me iba a mi cuarto alicaída, me sentaba en la cama, miraba a la pared, contaba 120, y volvía: “lo he intentado mamá, y es que te juro que no puedo”. Y ya me quedaba tranquilita ahí en la esquinita que me dejaba en su cama.

        En la analogía arquetípica, al sueño se le llama “el hermano pequeño de la muerte”. Para mi, -y después de mucho observar mi relación con el sueño-, adentrarme en el dormir, simbolizaba adentrarme en un mundo insólito donde tenía que soltar las riendas del control para entregarme a un misterio des.conocido. Realmente, alguna parte de mí lo vivía como una pequeña muerte, como si algo se fuese a terminar  y “yo” fuese a dejar de existir, o como si me fuese a perder algo por estar dormida, y no lo podía soportar ni consentir. Me dabe angustia dejarme llevar a otros espacios des.conocidos donde la actividad consciente quedaba suspendida.

        Después me hice algo mayor, y el insomnio se convirtió en mi taxímetro emocional. Cuando hay algo que me aprieta emocionalmente, el insomnio se encarna en una cita a ciegas conmigo.

        Así que así es como empecé a tener motivos para hoy poder escribir algunas de las características más comunes que confina el insomne en sus adentros:

        El insomne de a pie, ya ha comprobado que las tilas alpina de farmacia no le funcionan, ni los baños con dos kilos de sal marina comprado en veritas, ni levantarse de la cama y ponerse a hacer otra cosa, ni tampoco leer le funciona, ni escribir, ni escuchar música, ni cenar lechuga, ni beber leche con miel, y ni tampoco observar su respiración: todo eso le va a poner más nervioso. La excitación de su sistema nervioso no le va a permitir pensar en otra cosa que no sea paliar el insomnio de la manera más efectiva posible.  Lo ÚNICO que el insomne quiere en la noche es dormir, y todo lo que no sea dormir, en el apogeo del insomnio, le va a inflamar de irritación. Es recomendable, que en medio de esta cúspide de irritación, no tenga a nadie al lado. En raras ocasiones, hacer el amor ayuda.

        Cuando el insomne se mete en la cama, ya hay una premonición mental que contagia a todo su ser y le dice: “esta noche no vas a dormir”. De alguna manera, el insomne comienza a engancharse con pensamientos catastróficos sin vía de salida que le harán des.velarse más. Se meterá en un círculo vicioso del que no podrá salir y que cursa de la siguiente manera: el insomne posibilitará que su cabeza rebose de “deberías”, inflará todos sus errores desproporcionalmente, concederá culpabilidades en su mente, rememorará algún detalle negativo del día y lo extrapolará a toda su vida, anticipará que al día siguiente estará echo polvo y no podrá rendir en absoluto (y con lo cual tampoco podrá ir al gimnasio, o a la clase de baile, porque estará destrozado, y encima también tendrá que anular los planes hechos, porque no estará con el ánimo muy afín para ellos), también comenzará a razonar en función de cómo se siente en ese momento, y se acordará de su jefe, o de aquella persona con la que tiene algo sin cerrar, o pensará en su amante de manera no muy cariñosa. Y en medio de todo este marrón apocalíptico -porque así se vive-, encima querrá componer la agenda de su vida personal y profesional, querrá encontrar la forma de unir ambos campos, ya que se da cuenta de que no hace lo que realmente le gusta. Y si el insomne quiere agregar más zozobra a la noche, puede también pensar que el capuccino descafeinado que pidió a las 19h de la tarde en aquel café tan bonito, se lo pusieron con cafeína.

        El insomne solo respira de intercostales para arriba. Y no es que no pueda dormir porque no puede, sino que no duerme porque se quiere quedar dormido. Y como no puede tolerar su zumbido mental en la noche, toma tranquilizantes externos, ya que los internos se niega a ponerlos en funcionamiento (para la próxima vida, dirá): hay quienes amortiguaran el golpe con marihuana o hachís, o con una benzodiacepina (seguramente ya tenga orfidales o tranquimacines en su mesilla de noche), lo que le hará dependiente para el resto de sus lunas. También puede optar por medicarse con algún antihistamínicos (soñodor o dormidina), bien adentrada la noche (cuando se ha cerciorado de que realmente no dormirá), y así se asegurará que al día siguiente, su grado de aletargamiento mental será descomunal e inaguantable.

        Y para no dejar un final tan sarcásticamente amargo, ni tan desesperanzador para los nocturnos, diré también que mis noches de insomnio se han reducido en un 80%. Y no dudo de que fue porque en algún momento en mi vida decidí excavar en lo que había detrás de todas esas noches en vela, y porque también alguna vez me ví sentada encima de la cama, y me dije: basta. Voy a atravesar este horror, y da igual si no duermo. Y al yoga le salieron estrellas, porque gracias a la farmacia interna que la práctica me enseñó que tenía, pude ver muchas cosas de mi manera arcaica de funcionar. Y empecé a atravesar la dificultad, a observar, a adentrarme con con mi exhalación en ese nudo que tenía miedo de ponerse a dormir y morir.

        “El inconsciente puede reservar mensajes esenciales para los oídos que sepan ponerse a la escucha.”
        Carl Gustav Jung.

        “En realidad el insomnio es como un sueño, pero sin sueño. En el insomnio comparecen ansiedades que durante el día estuvieron arrinconadas; proyectos todavía inmaduros que necesitan cálculos, previsiones, ajustes; culpas recién instaladas en la conciencia.” Mario Benedetti.

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      • ¿Libros de yoga?

        Posteado a las 4:40 pm por martacarrascal, el 5 mayo, 2014

        “Cuando leo el Bhagavad-Gita y reflexiono acerca de cómo Dios creó este universo, todo lo demás parece tan superfluo.” Albert Einstein.

        “El Bhagava-Gita es la más educativa y elevada de todas las lecturas que es posible encontrar en este mundo.” Arthur Schopenhauer.

        MartaCarrascalRodríguez

        Mi amiga Iratxe, psicóloga, terapeuta en “reparaciones” conyugales, e interesada ahora en temas de lactancia, me escribió ayer un whatsApp:

        – Tu último post está confuso. Creo que a veces mezclas muchos temas importantes, y no se entiende bien. Quizás podrías recomendarnos algún libro.

        – (yo)…: mh, shssshhhsilencio. mh, ah, sí, ya…

        Después, mientras pedaleaba a casa, le seguía dando vueltas al mensaje, hasta que una parte de mi decidió que explícitamente no escribiría más sobre yoga, y esta parte, le concedió el visado a la otra parte para no hacerlo. En medio de este debate, comenzaba a anochecer.

        …..Iba subiendo de Gran Vía a Glorias, la cuesta que me lleva a mi casa. El cielo se iba desahogando de los edificios y del ruido del tráfico. El murmuro de los pájaros era cada vez más penetrante, y las nubes comenzaban a desalojar el cielo… Des.alojo que se convierte en insinuación que hace que mi discurso mental se suspenda por algunos instantes. Instantes que consiguen sellar la polémica y advertir lo ya leído tantas veces: subrepticiamente, todo ES yoga, esa tela invisible que nos une. En la ilusión en la que vivimos, nada es yoga, porque nos vivimos subyugados por nuestra cotidianidad y actos robóticos del día a día.  Y es en la experiencia cínica y diaria de esta ilusión,  que nos vivimos separados del resto, cautivos de nuestros deseos, de nuestros sentimientos, de nuestras confusiones, de nuestros líos, etc. Por eso empezamos un día a ir a clases, a ir a cursos, a utilizar un lenguaje místico que ni siquiera entendemos….. etc, porque nos hemos olvidado que lo que queremos ser ya lo estamos siendo y necesitamos que alguien nos lo recuerde, nos lo repita, y juegue a decirnos que sí, que hay un camino a seguir.

        · La realidad es que a no todos nos interesa el yoga, e incluso a los que van a clase de yoga no les tiene por qué importar el yoga, ni el contexto en el que se creó, ni los textos de dónde procede, y ni nada. A mi nunca nadie me explicó que yoga no es enchufarse durante una hora al día a la corriente y después desenchufarse otra vez en mis primeras clases. Ni nadie me dijo que yoga no es: “yo hago yoga”, porque el yoga no se puede hacer, porque no puedes practicar lo que eres, así que también durante algún tiempo creía que yoga era estirarse para sentirse bien, sin preguntarme si quiera quién era la que se sentía bien cuando hacía algunos ejercicios.

        Entonces, y con toda esta excusa de Iratxe, su mensaje, y etc, van aquí algunos de los libros que yo puedo recomendar porque me han ayudado de alguna manera a ubicar mi práctica en un contexto. A aquellos que empiecen a interesarse un poco más por este mundo del yoga y su transformación, les mencionaría a B.K.S Iyengar: “El árbol del yoga” o “Luz sobre la vida”, ambos inspiración para mí. Independientemente de que no es su práctica con la que yo más me siento compenetrada, no he encontrado a ningún otro autor que me describa de manera tan poética cómo entrar a un ásana (posición) y de ahí, cómo reflexionarlo, y cómo observar su dinamismo; o lee “El corazón del Yoga”, totalmente recomendado para quién comienza a interesarse por este mundo, de T.K.V Desichakar (hijo de Krishnamacharya, uno de los más reconocidos maestros de yoga de la India, de los que se nutrieron Indra Devi, Iyengar, o Patthabi Jois); o lee “El libro del yoga”, de Swami Vishnu Devananda. Este fue el primer libro que yo me leí cuando comencé con ellos a practicar en India; Puedes también leer “Tantra, el culto a lo femenino”, de Van Lysebeth (maestro de Tantra tradicional), para que des.mitifiques todo lo que te pensabas que era el Tantra. Es un libro que reviso de vez en cuando y me apasiona. o ve a la esencia fascinante del Bhagavad Gita, y déjalo en tu mesilla de noche (escrito por Vyasa, en el Kurukshetra, el campo de batalla), una escritura universal, y de las escrituras más importantes de yoga para la vida, donde se intercalan los diálogos entre Krishna (divina encarnación y maestro) y Arjuna (guerrero y discípulo), alfabetizándonos a los lectores y apasionados a llevar una vida “espiritual”, aún estando rodeado de estrés problemas, insatisfacción, culpa y cansancio vital; o bichea la traducción que hace el mismo B.K.S Iyengar de los yoga sútras (aforismos del yoga) de Patáñjali; o lee a Georg Feuerstein con su biblia interminable: “la tradición del yoga”, donde a través de sus 876 páginas (leídas en diagonal últimamente), me voy dando cuenta de la inmensidad de esta tradición; o lee mis nuevos descubrimientos: “Dejar la luna libre”, de Eric Baret, ideal para quebrar paradigmas; o “Los Yoga”, de Antonio Blay, este último ideal para los estudiantes de psicología, también para quienes comienzan, o al maravilloso Jean Klein.. Y la lista continúa….

        “(…) las máquinas (…) nos alienan. No es sorprendente que algunos comiencen a pensar que no son distintos a ellas. En el yo no ven más que el cuerpo, creen que la felicidad procede solo de las sensaciones y adquisiciones materiales”. De Subhash Kak en el prólogo a “La tradición del Yoga”

         Y para agotar el tema yoga, en la próxima entrada escribiré sobre el des.amor, que ahí ya llevo más años de carrera.

        Publicado en Amor, Antonio Blay, Asana, Citas, Dejar la luna libre, Ego, Eric Baret, Mente, Observar, Psicología, Yoga | 8 comentarios | Etiquetado como Café, Ego, Psicología, Reflexiones, Respiración, Yoga
      • Escenas de Semana Santa

        Posteado a las 10:05 am por martacarrascal, el 23 abril, 2014

        “La suprema ilusión del hombre es que él puede hacer. Toda la gente pregunta que puede hacer, ¿cómo hacer? Piensa que puede hacer, toda la gente quiere hacer, y su primera pregunta se refiere siempre a qué puede hacer.
        Pero, a decir verdad, nadie puede hacer nada y nadie hace nada.
        Es lo primero que hay que comprender: Todo sucede” Gurdjieff.

        alas

        1. En Punta Umbría. Jueves Santo.

        Mi prima, su futuro marido, y yo, pasamos la tarde en el sofá poniéndonos al día de todo y nada en particular. María es arquitecta, y ha pasado los últimos seis meses haciendo una estancia de investigación en la Universidad de Columbia. Su novio, está buscando trabajo, fue a NY a verla en Navidad, y allí se consagraron al amor con letra de boda, brindis y dedicación.

        Esa misma noche, fuimos los tres a cenar a mi casa.

        Cuando abro la puerta de mi casa, la primera panorámica que tenemos es la de mi madre sentada en el sofá. Pasan dos segundos, y asoma una cabeza por encima de la mesa de camilla: mi hermana, que estaba con la cabeza recostada en las piernas de mi madre, resurge con cara de haber estado peregrinando por otros estados de placidez.

        – Mi prima y yo al unísono, a la vez que nos íbamos acercando a la mesa: ¿Qué hacéis?

        – Mi madre: estoy poniéndole reiki a tu hermana.

        (( Las cejas del novio de mi prima se arquean ))

        Y ambas se reincorporan para los pertinentes abrazos a mi prima y a su prometido.

        El ruido del momento acerca a mi padre al encuentro, que venía del piso de arriba de meditar media hora.

        Ya todos sentados, entra la pregunta litigante-irónica de mi prima: pero vamos a ver tía, ¿tu me puedes explicar otra vez qué es esto del reiki? ¿cómo se va a pasar energía por medio de una imposición de manos? Ya sabía yo que esta conversación no iba a tener vía de salida. La explicación de mi madre, aportó más lío que aclaración. En el momento en que se introducen palabras del tipo: energía, ser, espiritual, imposición: apaga y vámonos. Ninguna de estas palabras, por revés, esta desprovista de prejuicios, y os testifico: van a solicitar respaldos sólidos y científicos para ser tomadas en serio.  Cambiamos de tema como podemos, pero no nos salió bien la jugada. Surgió Jodorowsky en medio de la tertulia. Para explicarle a mi prima y a su novio quién es Jodorowsky, mi hermana hizo el siguiente resumen: María, Jodorowsky es un pavo que si por ejemplo tu le cuentas que tienes un problema, el te va a decir: coge un lazo rosa, lo untas en té con miel, y le das tres vueltas en el pene de tu novio mientras le das cinco vueltas a tu cocina, y todo solucionado, el problema se fuga.. Risas.

        2. En Punta Umbría. Viernes Santo.

        Dos amigas y yo, paseábamos descalzas por el espigón de Punta mientras tomábamos un helado. En medio de nuestras charlas sin fin, salió el tema de nuestros padres, y cómo de alguna manera éstos interceden (podemos ponerlo en pasado) en nuestro carácter y en nuestra manera de concebir y caminar la vida. Yo hice un inciso, no me acuerdo muy bien de el por qué de esta acotación, sobre la meditación, pero queriéndome referir a ejercicios de meditación-concentración, que tanto se malentiende.

        –       Concha: ¿tu me puedes explicar qué es esto de la meditación?

        –      Como puedo le hablo de lo de la pantalla de cine donde se proyecta una película y en esa película se intercalan todo el tiempo acontecimientos bonitos pero también dolorosos, y tu te identificas con cada uno de ellos, pero sin embargo, la pantalla nunca se ve afectada. Así, la consciencia pura, no puede verse afectada por la creación proyectada por ella misma.., así que la meditación sería como hablar de consciencia, Porque nuestra mente es como un disco, que repite continuamente la misma canción y  el objetivo de la meditación sería la creación de nuevas melodías, erradicando las antiguas que nos llevan siempre a lo mismo, y ahí te darás cuenta de lo apasionante que es ver cómo el ego lucha las 24h de día por auto.confirmarse para no perder el control por miedo a no encontrarse con nada.

        3. Domingo de resurrección. Sevilla. En casa de mi prima (la hermana de mi prima la arquitecta).

        Mi prima, ingeniera aeronáutica, me pregunta si sigo comiendo carnes, y yo no sé por qué, y para querer justificarme le cuento lo de la clasificación de alimentos según el Ayurveda, le digo que los alimentos se dividen en tres grandes grupos: Sátvicos, Rajásicos o Tamásicos, de acuerdo con los elementos que lo componen, y su efecto en nuestro cuerpo-mente. Por ejemplo, el café, las carnes, los picantes, el ajo, alcohol… son Rajásicos. Los alimentos envasados en latas, o precalentados.. son Tamásicos. Los frutos secos, el arroz, la avena.. son Sátvicos. Y dicen que comiendo uno u otro, repercutirá en el bienestar (versus posible agotamiento, cansancio o premura), de nuestro organismo total.

        – Ella: ¿Pero está avalado por la OMS (Organización Mundial de la Salud)?. Porque si no está avalado, no me vale.

        Conclusión de Semana Santa: yo no entiendo cómo los aviones consiguen alzarse del suelo y volar, y mi prima sí. Cuando me cuenta cosas, a mi me parece que me habla en otro lenguaje que no es el mío, y por eso me maravillo, por lo diferentes, necesarios y complementarios que podemos todos llegar a ser en el misterioso mundo que habitamos.

        Y así, somos como las células diferenciadas del Sistema Nervioso. Cada una con una función y propósito dentro de éste, no paran de interactuar entre ellas propagando impulsos nerviosos y viviendo dentro de un mismo cuerpo. Estas células no se empoderan de sus acciones, simplemente existen y contribuyen, sin ellas saberlo, para que siga habiendo vida, y felicidad y también tristeza, dando lo mejor de ellas mismas.

        Y detrás de todas estas escenas, hay todo un historial de vida, de familia, de contrariedades, de rompecabezas, de obstáculos y de misterios, que nos están diciendo a cada segundo (al menos a mí): confía, que la vida siempre sabe.

        Pero… ¿y si no sabe?

        (…) Para hacer hay que ser…
        Para hacer, verdaderamente, antes hay que ser.
        Y, ante todo, hay que comprender lo que esto significa, “SER.””
        Gurdjieff.

         

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        Aún en la máxima agitación cohabita también la tranquilidad.. Sólo podemos re.conocer lo que s e n t i m o s cuando aprendemos a vivir en un espacio interno abierto y libre de juicios, de conclusiones, de protocolos. - El sábado 23 y domingo 24 marzo estaré en Madrid para un intensivo de fin de semana de yoga & yoga nidra. donde exploraremos a través del yoga diversas herramientas de auto.conocimiento. Con el único enfoque de cultivar el hábito de parar e invertir la mirada, de dejar de buscar afuera para permitirnos mirar adentro. - Toda la INFO y programa lo encuentras en el evento en Facebook. Inscripciones: martacr.yoga@gmail.com. Plazas muy limitadas!!! 🐉 - - 📸 @silviarocchino ⚡️
        Qué será lo que provoca la India que nos hace volver una y otra vez? - Siendo Rishikesh como esa casa acogedora a las que siempre vuelvo, tiene siempre la capacidad de provocarme tal extrañamiento interno que parece que mi mente perdiese kilos y predisposiciones cada vez que me paro a observar una vaca, un ritual, o a una mujer ofreciendo flores en el Ganges. Es tal fuerte y al mismo tiempo sutil el impacto de este país, que después de mucho insistir, de repente te das cuenta que la mirada tiene que ser invertida. Que no puede estar posada afuera sino reflexionamos sobre lo nos devuelve a lo que hay adentro. Este es el yoga de invertir la mirada. De afuera a adentro. 🐉
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