Espacio Liminal

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    • Categoría: Advaita

      • La ilusión de la elección “correcta”. El descanso.

        Posteado a las 9:18 am por martacarrascal, el 31 octubre, 2019

        En la cultura espiritual y New Age, mucha gente dice: “No puedes elegir lo que te sucede, pero puedes elegir cómo responder”. Una versión más sutil y sofisticada de esta idea es: “No puedes elegir cómo reaccionar, pero puedes elegir cómo responder”. Es decir,  ¿que no puedo elegir mi reacción interna inicial a un evento, pero puedo elegir mi respuesta posterior, incluidas mis palabras y acciones?

        Como humanos socializados, casi todas nuestras acciones se basan en pensamientos, deseos y miedos, ya sean conscientes o mayormente inconscientes (llamamos a esto último “condicionamiento” o “programación”). Y no elegimos nuestros pensamientos, nuestros deseos o nuestros miedos.

        La mayoría de las personas están de acuerdo en que no pueden elegir qué desear (o temer), pero muchos de ellos piensan que pueden elegir qué pensar. Pero no es posible decidir qué pensar antes de pensarlo. Nadie puede. Los pensamientos simplemente surgen espontáneamente como una expresión de nuestro condicionamiento. Si pudieras elegir qué pensar antes de pensarlo, ya lo estarías pensando. Del mismo modo, no elegiste mantener las opiniones que tienes. Son un producto de tu condicionamiento, de tus  experiencias de vida y de las narrativas socioculturales internalizadas (especialmente las internalizadas de tu grupo social particular, familia, o “comunidad”). Y estos pensamientos y opiniones que no elegiste es lo que acaba dando forma a tus acciones. Entonces, ¿hasta qué punto podrían considerarse tus acciones un producto del libre albedrío?

        Cada pensamiento que tienes surge sobre la base de causas y condiciones ya existentes, la mayoría de las cuales no elegiste, y esas causas y condiciones surgieron sobre la base de causas y condiciones anteriores, ninguna de las cuales elegiste. Entonces, todo lo que sucede, cada pensamiento y acción, surge de una amplia red de causas y condiciones que no elegiste. Este es el significado de la doctrina budista central de pratītya-samutpāda, que todo surge en la interdependencia de todo lo demás, y nada existe separado de esa vasta red de interdependencia. Nada podría jamás. La evidencia más obvia de la falta de libre albedrío es el simple hecho de que no existes en un estado de felicidad feliz, tranquilidad y fluidez cada segundo de cada día.

        El principal obstáculo para darse cuenta de que el libre albedrío es una ilusión es tu sentido subjetivo de ser el que tomas las decisiones en tu vida, es decir, la creencia de: “Elegí A, pero podría haber elegido B”. Esta es una ilusión cognitiva generada por el falso sentido del individuo como “agente de su vida”, es decir, el sentido que tienes de que eres el pensador de tus pensamientos y el hacedor de tus acciones.

        Te cuentas a ti mismo la historia de que podrías haber elegido B (o C o D), pero simplemente no hay evidencia alguna para apoyar esta creencia, y hay una amplia evidencia que lo confirma. Elegiste A debido a todas las causas y condiciones previas a ese punto, y no pudiste hacer otra cosa. Es decir, es posible que no puedas elegir otra cosa que no sea la mejor opción disponible en ese momento. Y si honestamente crees lo contrario, ¿no estás creyendo eso sin remedio?

        Claramente, entonces, no podemos elegir cómo reaccionamos internamente a nada. Simplemente sucede, y sucede de inmediato. ¿Es cierto que podemos, sin embargo, elegir nuestra respuesta posterior? Por supuesto no. La disponibilidad de una respuesta posterior diferente de tu reacción inicial tiene mucho que ver con el tiempo que has pasado reacondicionándote con formas de pensar nuevas y más saludables derivadas de tu (s) terapeuta (s), maestro (s) y compañeros más cercanos. Cuanto más te hayas re”acondicionado”, mayor será la respuesta alternativa disponible para dar. Y tu capacidad de elegir re.acondicionarte de esta manera, poco a poco, está completamente determinada por causas y condiciones no determinadas. Ahora, si, después de haber entendido todo lo anterior, tu mente está produciendo un pensamiento como “¡Entonces no tiene sentido hacer nada!”, Entonces, espera, que falta algo por comprender.

        El hecho de que no puedas elegir nada más que lo que parece ser la mejor opción disponible en ese momento no significa que la elección sea irrelevante. El hecho de que una supercomputadora con IA alimente todos los datos de sus experiencias de vida podría predecir con precisión lo que elegirá a continuación, siempre, de ninguna manera implica que pueda eludir el proceso interno de tomar una decisión.

        La ilusión del libre albedrío te libera de la preocupación, del juicio propio y de la ansiedad por tomar la decisión “correcta”. Cuando lo comprendes, dejas de juzgarte a sí mismo y a los demás por sus elecciones. Eres libre, verdaderamente libre, de la creencia de que tú o ellos podrían haber elegido hacer algo diferente en el pasado. Dejas de creer, para siempre, que hiciste la “elección equivocada” en cualquier momento del pasado. Y dejas de creer que podrías tomar la decisión equivocada en el futuro. Entiendes que solo puedes hacer lo que parece ser la mejor opción entre las opciones que se le presentan. Y siempre será así. No puede ser de otra manera.

        Si piensas ¡Todo lo anterior parece sumarse al determinismo total! Pues aquí es donde se pone interesante. El universo no es totalmente determinista. La incertidumbre cuántica significa que si bien casi todo lo que sucede es (o sería) perfectamente predecible si tuviera todos los datos, aún así, no todo lo es. Y este pequeño efecto de incertidumbre o aleatoriedad a veces puede tener resultados a gran escala (por ejemplo, es la razón por la que los agujeros negros se evaporan lentamente). Hay una correlación con esto en el nivel de la experiencia consciente. Annaka Harris lo señala en su nuevo libro: “Conscious: A Brief Guide to the Fundamental Mystery of the Mind”. Ella argumenta que la conciencia es, en su mayor parte, simplemente un testigo de los pensamientos, comportamientos y fenómenos que se desarrollan en nuestra experiencia, ninguno de los cuales tenemos control. Todos esos pensamientos y comportamientos surgen sobre la base de causas y condiciones anteriores, y la conciencia no cambia ese hecho. El hecho de la conciencia no parece cambiar nada en la realidad.

        *** Sin embargo, hay al menos una excepción clave: los pensamientos y comportamientos que surgen solo cuando la conciencia se contempla a sí misma. Cuando la conciencia se da cuenta de sí misma y se contempla a sí misma, se abre una puerta que no está disponible para los seres vivos que no son conscientes de sí mismos. Esta puerta es la llave. Es la clave de la liberación. Cuando la conciencia se da cuenta de sí misma, intuitivamente siente dentro de sí misma lo que los tāntrikas llaman icchā-śakti, el Poder de la Voluntad. Este poder es muy profundo pero muy sutil. No es mental ni cognitivo. A corto plazo, puede lograr casi nada. A largo plazo, puede lograrlo todo. La mejor metáfora que he encontrado para esto es esta: Si estás en un velero en medio del Océano Pacífico, solo puedes elegir una pequeña cosa, que es el ángulo de tu timón. No puedes elegir cómo sopla el viento, o el tamaño de las olas, o el clima que va y viene. Solo puedes elegir el ángulo de tu timón, lo que no hace ninguna diferencia en tu experiencia dentro de un minuto, o dentro de un día, o dentro de un mes. Pero eventualmente, habrá una gran diferencia: determinará si tocas tierra en Australia o Siberia.

        Esto es la clave > El despertar espiritual (que es simplemente darse cuenta de ser consciente de sí mismo) revela esta posibilidad: pequeños reajustes diarios de tu timón que eventualmente crean una experiencia de vida radicalmente diferente. Permítete creer que es posible. Todo el camino espiritual se sigue de eso. No puedes elegir tus reacciones en el momento o tus respuestas en el momento siguiente. Simplemente suceden. Pero puedes seguir inclinándote persistentemente a la convicción de que esta armonía total con lo que llamamos liberación es realmente posible, y poco a poco, el paradigma cambia. El agujero negro se evapora. Despacio. Y puedes verlo sucediendo. Cada vez con más frecuencia, recuerdas respirar, hacer una pausa y reflexionar antes de hablar o actuar. Cada vez con más frecuencia, puedes elegir si creer o no tus pensamientos. Más y más frecuentemente, el perdón por las acciones inconscientes y perjudiciales de los demás surge espontáneamente (porque sabes que no podrían haber sido diferentes de cómo eran en ese momento). Cada vez con más frecuencia, te relajas y te abres a lo que está siendo en lugar de resistirte. Esto no sucede por arte de magia. Ocurre porque vas creando, con cada acto de consciencia,  las condiciones en las que estas posibilidades están cada vez más disponibles para ti.

        *** ¿Y cómo puedo crear estas condiciones? Permaneciendo sentado un poco todos los días y descansando en tu conciencia innata / naturaleza esencial. A medida que aprendes a descansar ahí, puedes comenzar a sentir esos atisbos de tu libertad inherente (svātantrya-śakti), una libertad que no pertenece al cuerpo-mente condicionado. Y quizás, poco a poco, puedas ir sintiendo el sutil poder de voluntad (icchā-śakti), que suavemente, naturalmente, se inclina hacia la plena expresión de esa libertad. El reposo en tu verdadera naturaleza (svabhāva) se traduce automáticamente en una mayor apertura, y una mayor apertura se traduce automáticamente en la capacidad de ver más posibilidades que antes. No solo más opciones sobre cómo actuar, sino más opciones sobre cómo experimentar la realidad.

        Puede pensar que sentir más opciones podría ser perjudicial, porque más opciones desencadenan ansiedad y parálisis de elección cuando se actúa desde el cuerpo-mente condicionado. Pero descansar en tu naturaleza esencial como conciencia tiene otro impacto más: el desarrollo de tu capacidad de acceder a pratibhā (un aspecto de icchā-śakti), la intuición innata que claramente siente la opción más beneficiosa de todas las disponibles, sin deliberación mental. Irónicamente, incluso el ser liberado (uno que se ha dado cuenta plenamente de su naturaleza-esencia y disuelve todas las estructuras limitantes del ego) no experimenta el libre albedrío en el sentido de elegir qué elegir. (¡Nadie lo hace!)

        La diferencia es esta: con la conexión del estado despierto y la claridad del estado liberado, todas las posibilidades disponibles se perciben directamente; y desde esta intuición innata, lo que es más beneficioso para todos los seres es automáticamente “elegido”, sin necesidad de pensamiento consciente: sin preocupaciones, sin problemas, sin dudas y sin lucha. (Esto es posible porque lo que yo llamo intuición innata, pratibhā, no está en absoluto basado en la mente, sino que siempre está conectado al patrón de toda la vida. Quizás esté basado en nuestro ADN compartido). El ser liberado es exactamente igual que tu o igual que cualquier otra persona, con la única excepción de que han dejado de malinterpretarse a sí mismos y han dejado de luchar para ser diferentes de cómo son en cada momento. Cuando dejas de resistirte a la realidad, automáticamente estás en armonía.

        Así que aquí está la invitación: acepta que nunca podrás ser diferente de cómo eres en este momento, y no puedes elegir qué tan ‘iluminada’ será tu próxima reacción o respuesta, pero puedes seguir inclinándote suave pero persistentemente hacia la posibilidad de la libertad radical, y lo haces aprendiendo, poco a poco, a descansar en tu naturaleza esencial e integrando esa experiencia en cada área de tu vida. Poco a poco. Con dedicación.

        Inspirado en la traducción del artículo en inglés de Christopher Wallis: Near Enemy 11: “You can choose how to respond”

        Art by Tuco Amalfi.

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      • P l a n t a s.

        Posteado a las 10:28 am por martacarrascal, el 20 marzo, 2019

        Hace no mucho me vi en medio de 23.000 semáforos y coches pitándome. Estaba en medio de un sueño, y no podía moverme. Casi que se me paró el mundo, como a Don Juan. Esta vez conseguí abrir los ojos a medias, no como en los otros sueños, pero solo podía ver nublado. No pude distinguir muy bien qué es lo que era realidad, y qué es lo que era sueño. Casi que no me podía comunicar. Le llaman espacio liminal. Y en ocasiones, da miedo entrar.

         

        Cuando me desperté, estaba en la isla de Koh Phangan, Tailandia, en el paso del 2016 al 2017. Leí lo que escribí en un papel el 1 de enero:

         

        He tenido la experiencia más dura, extravagante y

        bonita de toda mi vida.

        No sé qué escribo. Escribo lo inenarrable.

        Hace unas lloras oré de felicidad,

        Perdón, hace unas horas lloré de felicidad.

         

        De repente,

        su voz ya no eran ícaros,

        eran figuras caleidoscópicas llenas de vida,

        imperios geométricos,

        volcanes de fractales que nacían de la tierra

        convirtiéndose en sonidos que a su vez

        se desvestían en colores virantes,

        era un espectáculo de luces.

        Mi piel se estaba abriendo.

         

        Inmensidad,

        náuseas,

        asombro,

        eternidad.

        g e m i d o s.

        Y al mismo tiempo, un miedo.

        que paría de mi útero en forma de

        oscuras serpientes que daban a luz dentro mía.

        Y al mismo tiempo, un hilo dorado.

        que se conectaba al lado derecho de mi corazón

        desde las estrellas, queriendo romperse.

         

         

        Una voz paría de un cactus:

        aprender es recordar de dónde venimos,

        pensar es escuchar,

        no hay otro aprendizaje posible en esta vida.

        No te creas nada de lo que ves,

        no te creas nada de lo que te cuentas,

        es mejor no sacar conclusiones.

        Los finales se parecen a los principios.

        Los ojos no son los portadores de la visión.

         

        Ví el mundo desde arriba en cajas.

        Y me entró la vida. No la vida. Digo la risa.

        y desaparecí de mi propia risa. y de mi propio

        llanto en un silencio que me abrió la boca de fascinación.

        No entendía nada, pero duró un instante

        sin tiempo que fue como si hubiese

        entendido todo en forma de boca que se abre

        y de lágrimas que se escurren.

         

        Y el dolor y el amor,

        sin pausa dándose paso,

        bailando un tango.

        Acompañados.

         

        *Notas de un diario.

         

         

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      • Nunca es “otra vez”. Siempre es distinto. Al revés también.

        Posteado a las 12:19 am por martacarrascal, el 6 febrero, 2017

        “En el baile de máscaras en el que vivimos, nos basta el encanto del traje, que en el baile lo es todo” Fernando Pessoa.

        “La ignorancia es no reconocer que la luz que ves es el despliegue de tu propio ser” El Libro Tibetano de los Muertos. ···· “La ignorancia es la claridad que no fue reconocida” Eric Baret.

        marta-carrascal

         

        Hace un rato salí de un taller con Eric Baret en Barcelona, y el fin de semana pasado estuve en un taller en Madrid con David Testal. Si los invitase a tomar un té, no sé yo si se atraerían mutuamente, pero el caso es que me pareció que los dos  hablaban de la misma cosa sin hablar de la misma cosa en absoluto, y me pareció bonito poder enlazarlos.

        Eric Baret es un reconocido Maestro del yoga tántrico Shivaísta de Cachemira. Y David Testal, al que cito de vez en cuando por aquí y por allá por regalarme ·clics de lucidez· en pequeñas pócimas, es un personaje ilusorio y que en ocasiones da talleres de pensamiento.  Hoy os invito a los dos, porque lo que ahora escribo, viene activado por David y potenciado por  lo des.velado el fin de semana con Eric, o al revés.

        Y quién sabe si fue por los libros de Eric Baret, “Dejar la luna libre” y / o “El único deseo”, pero poco después de terminarlos, acabé por quitar del blog la parte que ponía: ¿quién soy?. Empecé a cuestionarme más que nunca si en lo que en su día escribía sobre mí, había algo de real en el instante en el que lo leía. Me daba cuenta de que no, de que era todo muy engañoso. Me daba cuenta de que definirme en cuatro párrafos era atrincherarme.

        ::: a p u n t e s de un fin de semana con Eric Baret:

        _ La muñeca no es la que hace feliz a la niña. Sólo existe la ilusión de la muñeca, igual que existe la ilusión del otro al que percibimos, y que está dentro de ti. “Nadie te puede proporcionar algo que tú no tengas. Sólo te pueden proporcionar lo que ya tienes”, dice David.. Por eso, nadie en esta vida nos podrá amar ni proporcionarnos felicidad. Porque es la felicidad y el amor, la que nos contiene a todos. El amor, o esa tela de araña que no hila los unos a los otros, existe más allá de cualquier relación que podamos tener en nuestras vidas.

        _ Querer comprender algo en esta vida pertenece al campo de la fantasía. Las personas que creen que entienden, viven en una pretensión. Es la propia mente la que crea situaciones imaginarias, la que pretende comprender lo que ha creado, y la que crea argumentos y razones que justifiquen sus ideas previas antes de atreverse a cuestionar su propio acto de percibir y poder navegar en la versión y creación de otras realidades posibles.

        >> El pensamiento oculta la naturaleza de la realidad en sí misma. Nada es real hasta que es observado, dicen los cuánticos.

        _ Lo de “es cuestión de decisión” y esas frases hechas que solemos repetirnos, es respetable pero es engañoso. Las cosas se deciden por arte de magia y misterio, no por arte de ti. Uno constata, pero no decide en su vida ordinaria, por mucho que pensemos que somos lo agentes de las elecciones que llamamos nuestras.

        Cada pensamiento surge de una manera que no es elegida. Cuando un pensamiento nos atrae, nos adherimos a él y pensamos erróneamente que “hemos pensado”, en vez de constatar que estamos continuamente siendo pensados. Si liberamos esta adherencia al pensamiento que surge (un sujeto que se fija a un objeto, en este caso pensamiento), dicen los sabios que podremos conocer más allá de nuestra mente conociendo nada: somos espacio que sueña con ser sólido, escribe James Low. La única manera de comprender todo esto es en el silencio de la auto – indagación, y en el explorar a cada amanecer quién era el que dormía y sigue soñando en vigilia.

        _ Tarde o temprano, nos daremos cuenta de que lo que todos buscamos en esta experiencia de vida es vivir tranquilos, ser entendidos y sentir dicha. Es probable que sigamos cambiando de pareja, discurso, víctimas y profesiones para querer encontrar esta tranquilidad, una tranquilidad que paradójicamente precede a cualquier movimiento o palabra, y por tanto, es todo un juego que cesa cuando uno se da cuenta que la tranquilidad es nuestro estado natural, siendo el estado natural del ego el buscar, lo que crea resistencia y juegos de escondite.

        Somos como el bebé que, anhelando la tranquilidad del útero, trepa en la cuna hasta tocar con su cabeza el tope de ésta o el brazo de su madre, para sentirse protegido, seguro y sostenido.

        _ Mientras sigamos manejando una tarjeta de visita, seguiremos sufriendo de manera gratuita. Sufres porque pretendes ser alguien, dice Eric, y porque vives con la responsabilidad de tener que administrar esta identidad, que es la que sufre. Si te quieres liberar del dolor, enamórate de él. El daño no hace daño, es la resistencia a éste lo que te daña, e igual para todo.

        >> La persona nunca será libre. La consciencia es la libertad. ¿Quién soy yo? y ¿qué está ahí para ser conocido? – sería la pregunta.

        _ Lo que ocurre a cada instante es indispensable.  Lo que sucede es lo que has deseado. Los que aún siguen identificados con la idea de ser alguien, y de tener una identidad fija, se tendrán que seguir defendiendo para pretender tener una seguridad que nunca ha existido ni existirá. La búsqueda es siempre el obstáculo.

        _ ¿Cuál es la experiencia del cuerpo en el instante? Esto es lo único que nos concierne. Lo demás es todo novelesco. La consciencia siempre dice SÍ a todo, hasta al no más rotundo.

        _ ¿Y que me dice del Universo, Dios, Jesucristo? Le preguntan a Eric Baret en medio de la sesión. – No tengo información sobre esto, responde él.

        La creencia es una espera (David Testal) y la esperanza una huida (Eric Baret).

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      • Compulsiva Pasión.

        Posteado a las 10:40 pm por martacarrascal, el 20 octubre, 2016

        “Mis sentidos se exaltan al tocar esta vida universal. Y siento la embriaguez de que sea en mi sangre donde en este momento palpita y danza el latido de la vida que huye a través del tiempo”. Rabindranath Tagore.

        ola

        Nos presentamos en Barcelona alguna vez. Después en India compartimos algunos chais, y en Nepal dudas y muchos momos. Nos vamos re – encontrando por aquí y por entonces. Y cada vez nos vamos desConociendo un poco más. Le llaman Ola. Algunos Ale. Yo casi nunca sé cómo llamarla, un relámpago en una noche de verano o un giro inesperado, depende de cómo me coja. Este post es una excusa que nace de su recuerdo.

        S A J    A L O :

        Imaginación desbordante. Su función es C R E A D O R A.

        Una vez me contó que cuando era pequeña y por circunstancias de familia, viajaba muchas muchas horas en autobús, de una ciudad a otra, de un país a …

        (( Le dije que un día escribiría sobre “ella”.

        – ¿Cómo escribir sobre ella sin hablar de mi?                   . ))

        Me la imagino sentada con los pies colgando en el primer autobús que empezó a alejarla de lo común … Pequeña, muy tierna y callada, aprieta sus dientes y mira por la ventana. Va envuelta en una bufanda de lana, sus zapatos están llenos de barro,  y con un guante de cada color, agarra la misma maleta que ahora tiene distribuida en todas las partes del planeta tierra: India, Francia, España, Nowhere.

        Me la imagino en su mirar azul prolongado, contemplando lo transitorio a través de los cristales empañados, y alzando de vez en cuando una mano para trazar con sus dedos algún símbolo inventado en el cristal a través del cuál entran distintos paisajes, árboles, ríos, montañas, carreteras, recuerdos. Me la imagino con un oso polar al lado y con una bolsa de castañas y polen en el bolsillo. Muy pequeña, y muy maga ella. Todo el día soñando en alto.

        Y me imagino también que debió sospechar desde muy pequeña que su hogar no está en ningún sitio más que en el fondo de ella misma, y a través del vaho, empezó a soñar un sueño que todavía no le alcanza, entregando así su confianza en lo que no se puede explicar.

        —————————————————

        (( Hace unos días me recordó que un día dije que escribiría sobre ella. ))

        Es otoño en Barcelona, tengo una maleta tuya debajo de mi cama, hoy llevo tu jersey marrón que huele a no sé qué huele, acabo de hacer café, y como los paisajes transitorios del autobús dónde te invento, me vienes así…

        “Hay que pedirle permiso para entrar:

        Solo permanece quién tiene alas.

        Ola Se evita caminado deprisa y Se conecta volando.

        Vive en la cúspide del desbordamiento.

        Más del cielo que de la tierra, ES

        compulsiva pasión. Tiene gula de Dios.

        Y anhelo de grandeza.

        Ella es mi invención.

        Hija del Universo. Puente.

        Expansión pero también contracción.

        Sabe invocar a los espíritus a través del juego y de las alturas.

        Con el infinito dentro,

        Hoy es una y ahora es otra. A veces un polvorón, y otras una fresa.

        A veces un libro de capítulos vírgenes, y otras un museo de entradas secretas.

        Son sus excesos quiénes le lastiman. Y aunque no le salen lágrimas,

        A veces llora.

        Ni es más ni es menos.

        Es imperfectamente perfecta.

        Mágica. Intensa.

        Desordenada Ola.”

        ola-jas

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      • No lloras porque estás triste.

        Posteado a las 12:19 pm por martacarrascal, el 30 septiembre, 2016

        “Confío en el primer Tambor, el Corazón, por todas sus respuestas.” Shonda Buchanan.

         “La única diferencia entre un loco y un santo es a quién decidieron contarle lo que percibían.” David Testal.

         

        carracal-blog-marta

         

        Estoy en el mismo sitio que comencé.

        A veces creo que no está pasando nada y siento que está pasando todo.

        Nadiedad. Una nada saturada.

         

        Vivo en un iglú lleno de intersecciones.

        Fotografío sonidos internos.

        Practico el desapego de mis credos y rezos.

        Soy un parque de atracciones. 

         

        Una vez creí que lloraba porque estaba triste.

        Cantar es lo que te hace cantar, decía Pessoa.

        Si me pasa a mi, te pasa a ti. Si te pasa a ti, nos pasa a todos.

         

        El miedo a la muerte es el miedo dentro del orgasmo, me dijo.

        Solo este instante tiene conclusión, le contesté.

        Una parte de mi se está muriendo.

         

        Ya no te invento.

        Ya no confundo amor con gestos de cortesía.

        Ya no tengo miedo a estar sola.

        Comprendí que ni el corazón ni el amor tienen domicilio.

         

        Uy cómo pasa el tiempo.

        El tiempo no pasa Señor, lo que pasa es usted, que se arruga como las pasas.

        Nunca se llega a ninguna parte.

        El pasado no tiene iniciación.

         

        No te creas nada de lo que escribo.

        No es lo que parece.

        Nos transfiguramos. Es siempre un juego.

        Los “ya no….” se deshacen como nubes.

         

        A cada suspiro…

        Un recordar.

        ¿De dónde vienes? ¿A dónde vas? ¿Quién va?

         

        El ego busca, pero rara vez descubre.

        Haz lo que amas y  lo amarás porque lo haces.

         

        Es lo pasajero lo que no somos.

        Es lo que tienes lo que no eres.

        Estás triste porque lloras.

        Estás alegre porque ríes.

        En el fondo no somos tan ajenos.

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      • El mundo está lleno de Kumares

        Posteado a las 8:04 am por martacarrascal, el 4 febrero, 2015

        marta yoga carrascal

        “La palabra alcanzar de nuevo implica tiempo y distancia. La mente es pues esclava de la palabra ‘alcanzar’. Si la mente puede librarse de las palabras ‘conseguir’, ‘alcanzar’, ‘llegar’, entonces el ver puede ser inmediato.”Jiddu Krishnamurti. 

        Me despierto como sin abrir los ojos. Siento el cuerpo inútil, sin licor. Me ducho sin mojarme.

        Sí. Uno de esos días…de tiempo sin minutos, de infusiones frías, y de relaciones sin metáforas. Uno de esos días de vida inquietada, en los que una fuerza mayor le entristece a una misma de tal manera, que la única cosa que le queda es pararse donde está y no hacer nada, solo dejar ir el vaivén corrosivo y emocional, sin más batallas cerebrales y espirituales que la inmersión en el instante en el que está, y sin más desvelo que el de encontrarte abismando en el presente donde prometen los sabios que se encuentran los símbolos y la fragancia de la existencia.

        …. Y ahí estaba yo enrollada en mi mareo – pareo mirando al mar. Charlotte se acababa de ir, y me dejó con precipitaciones en mis sentidos, así que decidí ubicarme en un sitio en la playa en el que la casualidad de encontrarme con alguien conocido se redujese al mínimo. Quería disfrutar de mi disfrazada soledad… Y apareció lo que me apuntaba que iba a ser una posible parte anecdótica de mi aparente viaje: un hombre que me da una invitación para un Satsang con un Maestro advaita en el “Love Temple” a las 17.30h.

        Y con esta invitación de este señor desconocido, una parte de mi fue convirtiendo la desazón del día en ligereza, alivio y expectativa, así que me fui de la playa reconciliándome con el desequilibrio del momento.

        Definitivamente quería ir a este Satsang. Satsang -encuentro con la verdad-, es cuando diferentes personas se sientan enfrente del supuesto maestro o gurú o.. que hace de catalizador en el proceso de despertar, y los “estudiantes” le hacen preguntas de todo tipo, donde también se pueden incluir meditaciones, mantras o lecturas. Había leído a Balsekar y a Ramana Maharishi el último año, y a pesar de que descansaba en la idea de que en esta vida no existe nada personal, que no hay nadie que decida nada, y de que todo lo demás fomenta la idea de que hay “alguien” que en un “futuro” que quiere lograr algo que no está aquí, realmente no entendía nada.

        Llego al lugar, y como era mi primera vez, me hacen hacer como diez rituales hasta llegar a sentarme enfrente del Maestro, e inclinarme a sus pies. Nos mantenemos las miradas por no menos de seis minutos…..

        —

        P: What you came for Marta?

        R: I have no idea. But I am here.

        Risas y Silencio.

        Las personas que estaban alrededor comenzaron a desdibujarse. Descansé el micrófono en el suelo, y se me apagó la radio interna. De repente estaba sentada enfrente de este señor rodeado de discípulos con cara de asombrados e iluminados al estilo Goa “New Age”, en un lugar exótico y mágico lejos de Arambol, al que 24h nunca antes había oído hablar de, pero que en ese momento me estaba resultando de lo más excitante del mundo. Algo que mirándolo en la distancia, lo llamaría de un excitante y maravilloso efecto placebo.

        Y empezó toda una semana de colores a modo Kumare, el documental, donde una vez más, no todo es lo que parecía, donde una vez más, la sexualidad ocupa un lugar relevante en las enseñanzas de algún maestro que seduce a todas sus discípulas a base de una apertura desbordante y una sugestión que te hace creer lo que no es.

        Donde una vez más te preguntas hasta qué punto es experimentado lo que esa persona dice o de si no se trata de esa otra persona, sino de ti y de lo que te hace acercarte a ese otro, porque es todo un juego de proyecciones y de poner el acento en lo otro pero no en lo que me pasa a mi con lo otro.

        Donde una vez más y después de que pasara esa semana llena de experiencias y propuestas sexuales, me preguntaba cuáles serían las motivaciones de toda esa gente y especialmente las mías de estar ahí en ese momento -y de acudir a ese tipo de encuentros- y donde me preguntaba si no sería mejor pasar por un proceso SAT de Claudio Naranjo o unas cuantas sesiones de Gestalt o de terapia antes de hablar del Self y del amor en esta Disneyland “espiritual”, donde una vez más me cuestionaba si era mi ego el que no está dispuesto a recibir, y a liberarse porque está lleno de pre-conceptos y juicios, o es que es el mundo (y yo) es el que está imbécil de cordura y confusión deseoso de elevarse, pero no de mirarse ni de integrarse. Si es que haya algo que tenga que ser integrado.

        “Los antiguos Maestros no intentaban educar a la gente, sino que, suavemente, enseñaban a no saber. Las personas son difíciles de guiar cuando creen que saben las respuestas. Cuando saben que no saben, encuentran su propio camino”. Lao Tse.

        Fotografía: Neil Krug. http://www.neilkrug.com/

        Publicado en Advaita, Amor, Goa, India, Kumare documental, libertad, Meditación, Misterio, Percepción, Satsang, Terapia, Viajes, Yoga | 2 comentarios | Etiquetado como Kumare documental, Psicología, Reflexiones, Viajes, Yoga
      • A vosotros, los insomnes como yo

        Posteado a las 4:18 pm por martacarrascal, el 3 junio, 2014

        “(…) No duermo, ni espero dormir. Ni en la muerte espero dormir. Me aguarda un insomnio en la amplitud de los astros y un bostezo inútil, extenso como el mundo. No duermo. No puedo leer cuando me despierto de noche. No puedo escribir cuando me despierto de noche. (…). Ven, amanecer, ¡llega! (…)” Fernando Pessoa.

        MartaCarrascal

         

        Después de releer las instrucciones Cortázar de “cómo subir las escaleras”, “cómo llorar” o “cómo amar a alguien”, se me ocurrió esbozar algunas de las peculiaridades que a los insomnes nos unen. Peculiaridades que se pueden transformar en sugerencias si es que quieres seguir inmortalizando al insomnio en tus noches:

        A modo prólogo, te cuento que cuando era más pequeña que ahora, yo dormía con mi hermana. Ella siempre se quedaba dormida antes que yo, y como no me gustaba la sensación de quedarme sola y despierta, le tiraba de los pelos, o le pegaba pellizcos. Su mero amago de despabilarse, a mi ya me dejaba un poco más sosegada: ella estaba ahí conmigo despierta algunos instantes más.

        Después mi hermana se hizo adolescente, y se cambió de cuarto. Entonces mi hermano se escondía debajo de mi cama de noche, y me pegaba sustos cogiéndome de los pies desde abajo. Le odiaba.

        Después, llegó la época en que iba una noche sí y la otra también al cuarto de mis padres y le decía a mi madre: “mamá, que no me puedo dormir”, y ella me decía: “anda, inténtalo otra vez, y si no puedes, vienes de nuevo”. Yo me iba a mi cuarto alicaída, me sentaba en la cama, miraba a la pared, contaba 120, y volvía: “lo he intentado mamá, y es que te juro que no puedo”. Y ya me quedaba tranquilita ahí en la esquinita que me dejaba en su cama.

        En la analogía arquetípica, al sueño se le llama “el hermano pequeño de la muerte”. Para mi, -y después de mucho observar mi relación con el sueño-, adentrarme en el dormir, simbolizaba adentrarme en un mundo insólito donde tenía que soltar las riendas del control para entregarme a un misterio des.conocido. Realmente, alguna parte de mí lo vivía como una pequeña muerte, como si algo se fuese a terminar  y “yo” fuese a dejar de existir, o como si me fuese a perder algo por estar dormida, y no lo podía soportar ni consentir. Me dabe angustia dejarme llevar a otros espacios des.conocidos donde la actividad consciente quedaba suspendida.

        Después me hice algo mayor, y el insomnio se convirtió en mi taxímetro emocional. Cuando hay algo que me aprieta emocionalmente, el insomnio se encarna en una cita a ciegas conmigo.

        Así que así es como empecé a tener motivos para hoy poder escribir algunas de las características más comunes que confina el insomne en sus adentros:

        El insomne de a pie, ya ha comprobado que las tilas alpina de farmacia no le funcionan, ni los baños con dos kilos de sal marina comprado en veritas, ni levantarse de la cama y ponerse a hacer otra cosa, ni tampoco leer le funciona, ni escribir, ni escuchar música, ni cenar lechuga, ni beber leche con miel, y ni tampoco observar su respiración: todo eso le va a poner más nervioso. La excitación de su sistema nervioso no le va a permitir pensar en otra cosa que no sea paliar el insomnio de la manera más efectiva posible.  Lo ÚNICO que el insomne quiere en la noche es dormir, y todo lo que no sea dormir, en el apogeo del insomnio, le va a inflamar de irritación. Es recomendable, que en medio de esta cúspide de irritación, no tenga a nadie al lado. En raras ocasiones, hacer el amor ayuda.

        Cuando el insomne se mete en la cama, ya hay una premonición mental que contagia a todo su ser y le dice: “esta noche no vas a dormir”. De alguna manera, el insomne comienza a engancharse con pensamientos catastróficos sin vía de salida que le harán des.velarse más. Se meterá en un círculo vicioso del que no podrá salir y que cursa de la siguiente manera: el insomne posibilitará que su cabeza rebose de “deberías”, inflará todos sus errores desproporcionalmente, concederá culpabilidades en su mente, rememorará algún detalle negativo del día y lo extrapolará a toda su vida, anticipará que al día siguiente estará echo polvo y no podrá rendir en absoluto (y con lo cual tampoco podrá ir al gimnasio, o a la clase de baile, porque estará destrozado, y encima también tendrá que anular los planes hechos, porque no estará con el ánimo muy afín para ellos), también comenzará a razonar en función de cómo se siente en ese momento, y se acordará de su jefe, o de aquella persona con la que tiene algo sin cerrar, o pensará en su amante de manera no muy cariñosa. Y en medio de todo este marrón apocalíptico -porque así se vive-, encima querrá componer la agenda de su vida personal y profesional, querrá encontrar la forma de unir ambos campos, ya que se da cuenta de que no hace lo que realmente le gusta. Y si el insomne quiere agregar más zozobra a la noche, puede también pensar que el capuccino descafeinado que pidió a las 19h de la tarde en aquel café tan bonito, se lo pusieron con cafeína.

        El insomne solo respira de intercostales para arriba. Y no es que no pueda dormir porque no puede, sino que no duerme porque se quiere quedar dormido. Y como no puede tolerar su zumbido mental en la noche, toma tranquilizantes externos, ya que los internos se niega a ponerlos en funcionamiento (para la próxima vida, dirá): hay quienes amortiguaran el golpe con marihuana o hachís, o con una benzodiacepina (seguramente ya tenga orfidales o tranquimacines en su mesilla de noche), lo que le hará dependiente para el resto de sus lunas. También puede optar por medicarse con algún antihistamínicos (soñodor o dormidina), bien adentrada la noche (cuando se ha cerciorado de que realmente no dormirá), y así se asegurará que al día siguiente, su grado de aletargamiento mental será descomunal e inaguantable.

        Y para no dejar un final tan sarcásticamente amargo, ni tan desesperanzador para los nocturnos, diré también que mis noches de insomnio se han reducido en un 80%. Y no dudo de que fue porque en algún momento en mi vida decidí excavar en lo que había detrás de todas esas noches en vela, y porque también alguna vez me ví sentada encima de la cama, y me dije: basta. Voy a atravesar este horror, y da igual si no duermo. Y al yoga le salieron estrellas, porque gracias a la farmacia interna que la práctica me enseñó que tenía, pude ver muchas cosas de mi manera arcaica de funcionar. Y empecé a atravesar la dificultad, a observar, a adentrarme con con mi exhalación en ese nudo que tenía miedo de ponerse a dormir y morir.

        “El inconsciente puede reservar mensajes esenciales para los oídos que sepan ponerse a la escucha.”
        Carl Gustav Jung.

        “En realidad el insomnio es como un sueño, pero sin sueño. En el insomnio comparecen ansiedades que durante el día estuvieron arrinconadas; proyectos todavía inmaduros que necesitan cálculos, previsiones, ajustes; culpas recién instaladas en la conciencia.” Mario Benedetti.

        Publicado en Advaita, Amor, benedetti, Citas, Gestalt, Insomnio, Meditación, Mente, Misterio, muerte, recuerdos, símbolos, Terapia, Yoga | 3 comentarios | Etiquetado como Atención, Café, Gestalt, Insomnio, Muerte, Pessoa, Psicología, Reflexiones, Respiración, sueños, Viajes, Yoga
      • ¿Qué cambios se producen cuando practicas yoga?

        Posteado a las 5:09 pm por martacarrascal, el 6 marzo, 2014

        “El yoga no fue concebido para estudiarlo, sino para experimentarlo y experimentar los efectos del yoga; es vivenciar el despertar de una energía vital insospechada”. Van Lysebeth.

        “Si estás interesado en saber lo que significa ser un ser humano, situado entre el cielo y la tierra, si estás interesado en saber de dónde vienes y hasta dónde puedes llegar, si deseas felicidad y anhelas libertad, entonces ya has dado los primeros pasos del viaje interior.” B.K.S Iyengar. 

        carrascal-marta-yoga

        ¿Qué cambios se producen cuándo practicas yoga y cómo se lo vendes a “tus” alumnos?

        – Era otra de las preguntas que nació como pre.texto para empezar a escribir este blog.

        No creo en el tipo de venta de cambios vitales, y menos en el yoga.

        Para mi el trabajo con el cuerpo en yoga es una puerta a un campo de exploración enorme, donde me voy dando cuenta de cómo funciono en la vida, de mis reacciones, mis tendencias, o de mi resistencia al presente, a lo que se presenta en el momento, y etcétera. El yoga, a día de hoy, para mi significa un entrenamiento de escucha de lo que hay aquí y ahora, sin modelos idealistas. Es un viaje hacia lo profundo, hacia aquello que no cambia.

        Para mi la palabra cambio, va asociada a expectativas y a una ilusión perpetua de perfeccionamiento, de purificación, de querer llegar a ser otro, des.obedeciendo a lo pasa en el instante, y eso a lo único que acaba llevándonos es a más separación, a más frustración. Actualmente, el consumo espiritual es muy grande, hay un afán de querer probarlo todo, y cuando no nos vale lo que probamos decimos que nos estancamos, y así nos vamos a buscar la tranquilidad y la paz a otro curso, a otra pareja, a otra formación, o a un viaje a Asia. Y así vamos entrando en toda una vorágine saltando de un lado a otro, convirtiéndonos en meros funcionarios de diferentes prácticas sin realmente emprender el viaje interior hacia la Naturaleza de nuestro Ser.

        Yo ya hice terapias, diferentes formaciones y muchos cursos de fin de semana, donde salí  con la intención voraz de intentar cambiar el mundo, y pasados dos días, sentir de nuevo que realmente nada había cambiado, y que mis reacciones seguían siendo las mismas, y que seguía molestándome por las mismas cosas que hacía mi vecino, sin compasión ninguna. Hasta que me di cuenta que la cosa no iba por ahí… y que si ir a hacer yoga, – o cualquier otra cosa – no viene del corazón, de una escucha interna, no hay nada que hacer. 

        Es evidente que los cambios se producen a cada segundo que respiramos, estamos continuamente cambiando de piel. Cuando empezamos a practicar yoga, los resultados son visibles rápidamente: mejoran problemas de espalda, mejora la capacidad respiratoria y la atención, aumenta el tono muscular y la flexibilidad de los músculos y articulaciones, uno se siente más tranquilo, etc……. y por eso hay una tendencia a confundir yoga con sus resultados más físicos, olvidando la parte más meditativa, más profunda e infinita. 

        El yoga, -su práctica- es un camino que exige tiempo, dedicación, atención y sobre todo, pasión.

        Hay tantas puertas de acceso como personas hay en la tierra, y dependiendo de por qué puerta elijas entrar, los hallazgos serán diferentes. Hay un dicho que dice que si no sabes lo que buscas, no entiendes lo que encuentras. Hay quienes llaman a una de las puertas por una cuestión de salud o de físico, y hay quienes llaman porque realmente están interesados en niveles más profundos del yoga. Cada cual encontrará lo que fue a buscar. Pero es importante que no se confunda el yoga con los beneficios colaterales que este puede aportar (más fuerza, flexibilidad, concentración, menos estrés, etc), porque entonces desvirtuaría su esencia y su germen, que es el autoconocimiento más allá de toda realidad dual. Y hoy es esto lo que más está ocurriendo: hay más yoga enfocado en acrobacias y leggins de colores que un yoga más basado en el Re-conocimiento y exploración de uno mismo.

        Y si se vende algo en este campo, que sea presencia y disponibilidad a un vivir la vida en todo su despliegue. AHORA.  

        Aquí os dejo a Krishnamurti, para ponerle un poco de sentido del humor al asunto:

         

         

         

        Publicado en Advaita, Amor, Asana, Barcelona, café, sueños, Van Lysebeth, Vegetarianismo, Yoga | 2 comentarios | Etiquetado como Yoga
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